05 septiembre 2006

El casete, luego Play

Puso Play y empezó a escuchar la grabación de aquel viejo casete. Todavía podía reconocer las voces, era tan simple. Una tras otra se repetían una vez más, una por una. Continuaba titilando en su mente el eco de las mismas, todas juntas, desoladas, secas y húmedas. Pero había una en particular, muy diferente al resto. Tan solo detuvo su atención en ella, quería creerla, sentirla y volver a recordarla. La voz aún irrumpía con ganas, como en aquellos tiempos pasados de grabación. Aislada en aquel casete veterano como único estímulo. Todo era suave, áspero y ronco, muy placentero en fin. Cruzó la barrera del no y fue en busca de aquel horizonte insigne que alguna vez tuvo forma real. La cinta seguía rodando y la voz vibraba dócilmente en la afonía de la mente. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. De pronto la voz se detuvo, encontrando su propio consuelo en el mismo silencio de fondo. Y así comenzó a extrañarla una vez más, tal como sucede siempre, una vez más. Solo quedaba su eco, el mismo plasmado en aquellas imágenes mentales que aún hoy conservan una pizca de tu sonido, tu dicción y tu palabra. Esa era la misma voz rotunda de siempre, sin duda era la tuya. Bien propia de tu esencia, con la condición de nacer en el alma para luego vomitarse en las afueras del ser.
Volvió a rebobinar la cinta deseando escuchar nuevamente esa voz. Siempre sabiendo que su final terminaría quedándose mudo para luego tener que volver a empezar. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Seguía vibrando adentro sin hacerse cargo de su rebeldía. Y así el recorrido volvió a ultimarse una vez más. Pero el eco siguió perdurando, convirtiéndose en una especie de recuerdo auditivo y empañado de un turbio retrato que nunca más volvería a ver. Luego tomó el casete y lo guardó en el lugar de siempre, allí donde nunca nadie lo había encontrado. Sabía que algún día iba volver a buscarlo, todavía no quería despedirse de él. Ahora debía esperar el momento en que la necesidad le ganara al recuerdo para luego tener que volver a acudir a él una vez más. Como siempre, una vez más. Tan solo poner Play y dejar que esa misma voz volviera a hablarle. Como siempre, una vez más.

4 comentarios:

Gaby Reich dijo...

ja, esa vocecilla, tengo un par de casettes y cds grabados a los q vuelvo para ecuchar aquella voz q me hace recordar, rememorar. Nostalgia, melancolía de tal vez tiempos felices a los que no he podido volver.

lara dijo...

Buenas preguntas. Creo que escribir es una manera de liberarse, o de expresarse mejor dicho. En verdad no todas las cosas que escribo son ciertas. La gracia de muchas es que están camufladas con la imaginación, después están las otras que realmente son parte del sentimiento personal. No todo siempre es verdadero, pero los textos más fuertes son indudablemente los más naturales.

Por el momento sé que quiero seguir escribiendo...
Beso.

lara dijo...

Qué bueno, eso me alegra. Gracias! Espero que así sea.

Dani dijo...

Recuerdos que vienen de mi niñez, cintas grabadas con mis hermanos que todavia conservo...es magico descubrirnos ahora detras de esas vocecitas...
Por ahi me llevo este post....

Me gusto tu blog, invita a seguir visitando...
Saludos!