29 octubre 2006

Mi primer película

El laboratorio, los químicos, la oscuridad que se ríe del papel.
Agiten, cuenten los minutos, todavía no está listo el asunto.
Me pongo el delantal, no sea cosa que me manche.
Con cuidado, la película podría arrugarse. Ahora la cortamos.
La tira es larguísima, pero está enrollada y parece un mínimo segmento.
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Destapo, ya lo había tapado antes, ahora tengo luz.
El primero, el segundo, el tercero, el lavado.
Precaución, el trabajo es lento. Con calma.
Veo un metro de rectángulos continuos esperando el secado.
Ahí los veo colgados, ahorcándose. Espero un poco más.
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De seis en seis los separo, necesito las tijeras.
Dónde está mi hoja de archivo por favor.
Todo sigue siendo lento, no vayas a arruinar las cosas ahora.
Todo está protegido, es momento de guardar.

Eso fue suficiente por hoy, próximamente un nuevo día de trabajo.

17 octubre 2006

Sonríeme

Qué lindas son las cosas simples. Esas que muchas veces han de pasar desapercibidas ante la propia complejidad que nos domina.
Dejame verlas, por favor. Puedo verlas, gracias.
Qué lindas que son las cosas simples, pero me contradigo.
Porque esta simpleza no se trata de algo ingenuo, bobo o sencillo, tal como lo menciona el diccionario.
Al contrario, de ser tan simples y humildes pasan a ser la delicadeza más importante que guardo bajo mi cama. Cuánto más simple, más espacio ocupa. Crece y crece, de a poco. Entonces no entiendo, no entiendo. Si no es lo simple, ¿qué es?. Se va haciendo más grande, pero entonces ya no es ingenuo, o sí. Si aumenta su tamaño ya no es simple. Por eso me contradigo.
Qué lindas que son las cosas simples. Las mismas que hablan con naturalidad y miran con tímida inocencia.

Las mismas que de pronto me sorprenden y me regalan tu sonrisa.

=)

03 octubre 2006

Escondite

Construir una balsa para perderse bien lejos.
Allí donde el agua transparente. En donde no se ven los peces pero tampoco hay edificios de oficinas.
Ni mucho menos fábricas que largan humo negro.
Parecido a un prototipo imaginario de paraíso.

Acá, la brisa de la racha me empuja por inercia.
A paso lento, bien lento.
Y uno aún sale ileso de aquel escondite que no respira por si solo. El mismo que no transpira adversidades ni tampoco nos hace sudar las desgracias.
Es un poco intrépido de todos modos, porque nos contagia.
Te atrapa como las redes. Te vigila, y luego te devuelve tras pasar un tiempo que desconozco.

Es como un estado de estancamiento infinito.
Cerraron con llave las puertas. También han suspendido las salidas por el momento.
Qué impotencia, menos mal que me dejan gritar.
Tal vez no me escuchan, pero lo importante es que no me retan ni me atan.

No se trata de la imagen habitual de una celda, va más allá.
Ahora puedo vislumbrar en mi mente representaciones más claras.
De a poco aparece el recuerdo de la vivencia. Me ayuda a seguir formando.
Voy creando, voy uniendo las partes.
Al igual que las de un rompecabezas. O parecidas.

Pero sigo adentro, tambaleando.
A la par me entretengo. Es fácil mientras uno está ocupado.
Pero en el espejo se refleja un vacío, arduo.
Pintarlo para disimularlo, shh...
Que nadie se entere.