28 junio 2006

Calle del recuerdo

Continúa cantándome aquella voz ronca la cual permanece con los ojos cerrados mientras suena la balada. Un columpio que sabe cómo hamacarse sin poder ser amigo de las nubes. Destapar un tocadiscos y que su música no desista de sonar hasta quedarnos dormidos y el café se nos enfríe. Más desearía que estar en la copa de uno de los árboles más altos de la ciudad y apenas percibir las luces de los autos cuando cae la noche y el día se despide. Pequeñas manchas grises que jamás podrán alcanzar el negro ni el blanco. Una imagen disfrazada detrás del espejo más viejo de la casa, figuras que han cruzado aquel puente miles y miles de veces y aún hoy conservan las ganas de hacerlo. Una calle que nunca más he vuelto a caminar pero aún no olvido su nombre, escaleras que me han anunciado su despedida sin ni siquiera brindarme un abrazo, un timbre que se ha enterrado bajo las garras de la injusticia más injusta, y no dejar de nombrar aquel último puertazo que acabó llevándose parte de toda una vida. Y ese balcón que ha permanecido repleto de bolsas y regalos, un Papá Noel que alguna vez existió, luces fluorescentes inundadas del miedo ingenuo de la niñez, mates dulces bajo un toldo veraniego, tras luego la llegada de unas cartas tramposas o una generala de 7 dados. Las fotografías en color se creen las más reales, pero más verdaderas son aquellas que la mente sostiene sin poder abandonar, las mismas vivencias que día a día pasan a tener más horas de antigüedad pero que poseen la energía semejante del primer día.

25 junio 2006

Arco iris

Acostada en una inmensa cama de pasto y solo sentir el olor de una fragancia que únicamente huele a libertad. Cuán bello es el frío que siente la piel cuando el cielo parece intimidarla, no es más que eso. El viento no permite la muerte de las banderas, no deja que los ángeles duerman en la tierra, se atreve a desafiar a la tranquilidad y jamás dejará de practicar cómo remediar su vuelo. Hoy mi cuerpo se zambulle en una burbuja inadmisible del otro lado del hemisferio. Correr por el campo sin que los edificios nos encierren, sin ruidos pesados más que aquel que las margaritas no emiten, sin multitudes consumidas por la falta de compasión. Las palabras surgirán en el aire sin aceptar que los ojos vuelvan a cerrarse para no volver a abrir, deseando que la gracia que poseen los árboles alcance el tamaño de los mismos, queriendo a más no poder que sus raíces se entremezclen unas a unas, sin importar colores ni razas ni tamaños. Aislados del mundo en un campo sin fin, sin barreras y sin rutas, en donde sí es posible soñar despiertos, sin parámetros ni justificaciones. Acostarse es sentir cuán grande es el tamaño de la existencia misma, pararse es querer alcanzar aquello inalcanzable, las manos son las que llevarán la delantera esta vez, la mente quedará por debajo. Atreverse a un grito con ganas, si es posible un poco más fuerte, sin importar que la voz se nos consuma, aunque nadie nos escuche. Gritarle a las mismas estrellas que nos alumbran, las que una vez más nos enseñan que la vida no siempre es callar para ganar, que no todo es blanco cuando hay negro y no todo es negro cuando hay una pizca de blanco, las que no le temieron a imaginar más allá de lo establecido por las reglas que nadie comprende ni tal vez comprenderá nunca. Sonrisas que parecieran hablar con experiencia, lágrimas débiles combinándose con algunas más fuertes, emociones que vuelven a crearse sin sentirnos artistas, permanecer callados cuando el corazón es el único que habla y nos enmudece. Voces que nos hablan sin darles nosotros ninguna respuesta porque ya he dicho que el corazón es el único protagonista, el cielo el único expectante, y el mar el único que continua esperándonos para zarpar en un rumbo sin forjar motivos para desaparecer, ni mucho menos para no volver a ver un arco iris.

24 junio 2006

Fuegos artificiales

Como fuegos artificiales disparando en el interior, arde bien adentro, se encienden para afuera, y la lluvia no logra ahogarlos. Observo la naturaleza, jamás podré tenerla entre mis brazos, las hojas invernales no poseen aquel color primavera, fiel compañía de tiempos en donde le bailábamos a la vida con una tímida sonrisa envueltos en trapos de gasa. La inocencia no lograba saturarnos, miradas regalándonos cariño y temor, una caricia colmaba nuestro llanto. Quién ha de poder calmarnos cuando no para de llover, cuando mis cinco sentidos al caminar me traicionan como si hubieran olvidado aquel cuerpo que los vio crecer, cuando todo es cuestión de olvidar y se oscurece el día, cuando todo es hacia adentro y el afuera no existió nunca más. La soledad sí que jamás nos dejará solos, tan solo mirar hacia arriba y ver qué tan rápido se mueven las nubes, aceleradas como este mundo que nos pertenece, al cual odiamos pero con el cual siempre volvemos a reconciliarnos. Cómo entender la miseria si no nos compadecemos de nosotros mismos, no hay recelo en aquel encuentro, no hay nada que romper y nuevamente la furia nos atosiga, lo agrio nos domina. Qué triste observar como el naranja de aquella flor se va decolorando, se fuga vaya uno a saber dónde, consumiéndose y sin el sol poder regarla mañana tras mañana. Me han pinchado las manos tus espinas, también me han susurrado al oído que ellas no son las que duelen, pero el asunto es cómo saber sanarlas, no hay médico ni estudios que tenga lugar en cuestiones como esta. Queriendo correr sin barrera alguna, los ojos cierran sus transparentes cortinas, aún permanecen observando el horizonte y esperando la llegada de una respuesta. Las hojas han volado en remolino por los aires pero todavía no llegó el día en que los árboles se queden calvos. El dulce perfume ya no armoniza la mente ni el alma, solo ha de elevarse por los aires en busca de nuevos aromas. Las mismas lágrimas retraídas se impregnan de sombra y sensibilidad, y es ahí cuando el corazón nos late más fuerte, cuando aflora aquel dolor que nos apaga el cual hoy se ha quedado sin culpas y abandonado. Muy lentamente el cielo se va despejando, escucho a los ángeles que nos observan, luego se elevan las trompetas y todo comienza a empezar nuevamente...

20 junio 2006

Desatar el nudo

No es culpa de nadie más que de la realidad misma; aunque tal vez me atreva a decir que el resentimiento tenga algo que ver aquí. Tan solo permanecer callados, continuar bailando como lo venimos haciendo hasta ahora, desorientados. Día a día fueron sonando diferentes melodías, irán sonando diferentes acordes, más agudos, más graves, cuánto me han aturdido, jamás poder encontrar un equilibrio deseado. Pero hubo un estallido en donde aquella consonancia pareció haberse regularizado, quién puede hoy saber si fue solo un parecer o realmente había sido cierto. Algo me dice que esta vez la equivocación no se llevaría el premio, nadie quería otorgárselo, ninguno de ellos, aunque puede que ahora sí me este equivocando, imaginemos que no. Todo resulta estable, quién lo hubiera dicho. Pero una vez me contó un pajarito que la estabilidad no existe en el hombre, es parte de su esencia volar alto, más alto y luego aterrizar de golpe, sonreír hasta que nos duelan las comisuras e inundarnos de llanto cuando nos duela el alma, correr y correr más y más lejos como intentando escapar de aquello que nos abruma, que no nos permite respirar sin agitarnos, que no nos deja alzar vuelo en un camino sin fin, sin reglas que nos rijan, sin permisos a los cuales acceder, en donde los impulsos tengan un lugar donde ser, donde encuentren su libertad, en el que no haya espacio para el miedo, para la furia, para el orgullo, tan propio del ser humano que persigue al equilibrio y deja de lado sus sueños y sus ansias de pertenecer a un mundo donde se transpiren las ilusiones más bonitas volcadas en una realidad plena de felicidad. Atreverse de una vez a dar el giro que nos cambie de rumbo, aquel que nos envuelva en una caricia permanente, que nos ayude a sembrar el camino de la espera que día a día nos despierta incertidumbre. Porque la razón no es la única que ha pensado, los sentimientos dominaron a la especie y la regaron de locura, ellos fueron los más sinceros de esta historia jamás perfecta. Y la equivocación tenía razón, las melodías siguen siendo agudas y graves, altas y bajas, todavía no ha llegado el día de estabilidad en el que los sentimientos desaparezcan y el egoísmo me domine. Desatar el nudo de las penas se hace arduo cuando las fuerzas quieren acabarse, pero si todo esto tiene un sentido, por qué no volver a intentar desanudarlo, pero esta vez será de la manera más natural.

16 junio 2006

Arnoldo

Las estrellas han sido milenarias durante muchísimo tiempo, y afortunadamente aún lo siguen siendo. Increíble pensar que aquella luz que las mismas desprenden han tenido su origen años y años atrás y recién hoy están llegando a nuestros ojos. Esto mismo que acabo de mencionarles me lo enseñó una persona muy sabia y especial, recuerdo hasta el lugar y el momento en donde lo hiso, él siempre solía elegir con mucha particularidad. El tren él me ha llevado a conocer, jamás olvidarlo, jamás poder olvidarlo. Tu elegancia me producía admiración, siempre tan gentil, tan pulcro, tan galán. Qué bellos recuerdos me solía traer el perfume de tu hogar, cuántas siestas, cuántas noches, cuántas comidas, cuántos juegos, cuántas risas, cuántos caprichos, cuánta infancia junta.
Qué tarde puede ser para escribir aún, de todos modos tú allí estarás, en algún lugar, segura de que me has de observar día a día como lo hacen las mismas estrellas de las que tú mismo me has hablado, con el mismo brillo que todas ellas irradian.Con el sonido de las campanas y lágrimas en los ojos un saludo te mando. Llena de emociones de las más dulces, las cuales no demorarán en alcanzarte más de lo que tardan las estrellas en encenderse por estas tierras.

Poema de canciones

¿Remontar mi barrilete o dejarte caer en una cama de rosas?
¿Verte volar, verte reír, o esperar el milagro tras luego la resurrección?
Caballos salvajes que me han dejado atrás
y un guiño de ojo simpatizándose por el demonio.
Déjalo ser, imagina aquellas dos caras de la luna brillando sobre el mic
¿por qué dices que los aviones no pueden volar?
si tu eres más guapa que cualquiera, flaca.

Nunca me enseñaste a ser una reina dansante,
a conocer la goria en cuestiones del amor,
cómo regar jardines sin soles,
a bailar desnuda sobre el agua del mar,
a sentirme la flor de tus heridas,
ni mucho menos a saber cuándo parar,
pues todo lo que debía hacer era soñar.

Yo no quiero volverme tan loca
buscando en mi armario la razón.
Hoy elijo vivir en una plegaria
esperando aquella lluvia de Noviembre,
deseando que estes aquí.
Aunque el dolor no me sea indiferente
afirmo que sí hay algo en el viento.

Por cabeza nunca daba
más ni menos de lo que cobraba,
pero aquella noche subió la adrenalina
y a esta mujer con pena la hiso sudar.
¿Quién nos puede decir qué es lo correcto?
Hagamos un pacto para vivir,
démosle una chance a la paz.

Quizás te dancen los cuervos algún día
por aquel silencio que no es silencio,
por la fuerte muerte de aquellos hábitos viejos,
por esa isla que se quedó sin sol,
por pintarlo todo de negro,
por esos ídolos que pasaron a ser fantasmas,
por un pasado santo pecado....



-No consumas alcohol, cigarros, ni mucho menos drogas... pero tampoco te olvides de no consumir infiernos.

Sana jarana

“Play” fue el último botón que apretaron tras luego haber subido al máximo el volumen de aquel codiciado aparato. Nadie comprendía lo que sucedía en aquel lugar, ellos solo se movían al ritmo de la música y danzaban de manera exageradamente alocada. La diversión parecía haberse instalado en el recinto sin poder predecir cuándo llegaría el turno de partida y tampoco sin querer saberlo. Cada vez se podía visualizar más y más gente, mucho bullicio por cierto, mucho auto, mucho vestido, mucho maquillaje, mucho aroma, mucha comida, mucho cigarro, algo de aldehídos, pero todo quedaba entre amigos. Una especie de humo comenzó a salir por algún lado, por momentos se creyó que el lugar iba a tener que ser evacuado por obvias razones, pero no, tan solo fue un erróneo pensamiento. El muchachito dueño de aquella inmensa casa había contratado una de esas máquinas que generan humo, no olvidemos que ésta era una mega fiesta, tenía que tener de todo, sino al día siguiente no estaría en boca de todos aquellos invitados, que como mencioné previamente eran una cantidad prominente. - “No gracias” debían decir los presentes a las amables señoritas que se acercaban a ofrecerles comida a cada rato, aunque vale aclarar que esos bocaditos eran tan deliciosos que la gran mayoría aceptaba la invitación al manjar. Las capas de ropa sobre los cuerpos eran cada vez más escasas, no olvidemos que el baile no perdía su ritmo por lo que se generaba mucha exaltación en la muchedumbre. Cuántos porrazos habidos en aquel piso resbaladizo, sin embargo aquella “manga” de caballeros no dudaba en dirigirse hacia la situación del hecho y muy gentil y amablemente tomar la mano de las señoritas caídas y levantarlas por los aires. Nuevamente esta gente volvía a divertirse como antes, ya había pasado casi un verano desde la última vez que se habían visto y una vez más ellos le estaban haciendo honor a la sana jarana, Dios quiera no sea la última.

¿Sabían que con el vodka se hacen perfumes?, es por eso que ellos se dedicaron a perfumarse.

El señor barbudo

En aquella mañana de Abril, un señor barbudo con el pelo de color blanco (canas mejor dicho) y con unos anteojitos muy simpáticos, me habló de algunas cosas un tanto interesantes... Una realidad tan cercana a nuestros ojos como la de la miseria, fiel compañía de más de la mitad de nuestra población. Mucho chorro, prostituta y droga, para muchos la única salida. Sepan que hay tantas mujeres que venden su cuerpo como delincuentes, pasa que solo nos acordamos de los últimos que son los que nos joden... "Somos un pueblo solidario" dijo el hombre con cara de seriedad a pesar de su imágen de psicólogo loco, "sean felices y ayuden a ser felices a los que no lo son", se te ponía la piel de gallina. Qué ingenua me sentí cuando el tipo con sus ideas más que claras dijo: "los pibes de la calle son vivos... muy vivos", "¿por qué Alfredo?" "y, PORQUE EL QUE NO FUE VIVO MURIÓ"... upa, ¿qué fuerte no?, quedemosnos pensando por un instante en ésto... Otra cosa que retuve en mi mente fue cuando comentó un pequeño diálogo que tuvo con una mujer, ella decía: "Yo fui a trabajar y cuando volví mi hijo había vendido las chapas del techo para comprar pasta base". Él tipo se ve que quería limarse el cerebro en seis meses, seguramente me contradigo al decir que no era eso lo que él hubiera querido... Este sabio personaje terminó diciendo: "GENEREMOS VIDA DONDE HAY MUERTE".
Al Sr. Alfredo le agradezco aquella charla...
Y cuando se iba nos hiso el último comentario: "Nosotros estamos colonizados por suerte, tenemos relaciones carnales, la cagada es que siempre vamos abajo", cuán cierto el humor.

¿Otra tasita de café?

- ¿Le gustaría tomar otra tasita de café?, - ¿No será mucha molestia? - pero no, adelante, pase usted. - Después de usted...
Claramente puedo recordar cuándo fue la primera vez que escuché aquellas palabras, y eso que este hecho sucedió hace mucho, al igual que tantas cosas que aún sigo reteniendo en mi mente, a pesar de que algunas me hayan abandonado por completo. Vivir de los recuerdos sería caer en un tremendo error, pero cuán lindo es tenerlos presentes, sobretodo aquellos que nos han marcado de algún modo, no importa cuál, eso queda en el recuerdo de cada uno. No hace falta movilizarnos a tantos años atrás, cuando apenas éramos niños inocentes en donde nuestra maldad simplemente consistía en hacer trampa en algún juego, o cuando nos preocupábamos porque no nos salían las divisiones con coma y la maestra se enojaría con nosotros. Cuando algún amigo no nos quería cambiar la figurita que nos faltaba en el álbum y nosotros le decíamos: “te corto para siempre”, pero al rato volvíamos juntos a saltar a la soga o comenzábamos a pintar la rayuela en el piso. O por qué no cuando jugábamos a todas las manchas habidas y por haber, infinitas manchas que hasta nosotros mismos le imponíamos las reglas, y luego nos peleábamos por decidir quién estaría en cada equipo. Aquella campana o el timbre que marcaba la finalización del tan ansiado recreo, en el cual comprarse todas las golosinas del kiosco era casi imposible. Y hablando de golosinas, debo mencionar una que solía llamarnos mucho la atención a pesar de no ser de las más gustosas: aquella especie de hilo de plástico que por dentro contenía azúcar con colorante, y tan solo con cortarle la punta al envase ingeríamos lo de adentro. Si mi memoria no me falla, no solo estaban los que tenían azúcar, sino que había otros que poseían mini-chicles, también de distintos colores. Si bien el tan famoso “pan y queso” venía de generaciones anteriores, cada tanto solíamos desempatar de ésta forma, viendo quién terminaría pisando a quién. “Piedra, papel o tijera” era el que más me gustaba, y aunque muchos sostengan que se trataba de una cuestión de suerte, afirmo que el mismo poseía una táctica para ganarle al compañero, la cual jamás le revelé a nadie. Luego de la finalización de las clases llegaría el verano esperado, que a pesar de despejarnos del colegio, no se ausentaba la intriga de saber quién nos tocaría como maestra el próximo año. ¿Quién jamás se ha hecho milanesa en la arena?, nadie. O aquellos castillos interminables con pozos gigantes para que el agua no los destruyera, a pesar de que la misma siempre terminaba saliéndose con la suya. Podría seguir escribiendo mucho tiempo más, pero el deber me llama a continuar con mis tareas del día viernes. Ojalá esta gran excitación mundial que se vive actualmente nos conduzca a un recuerdo inolvidable para cada uno de nosotros, tal vez titulado Copa Mundial Argentina 2006.

14 junio 2006

Said 6x4

Su nombre podía formarse con palabras o simplemente con números, algo extraño por cierto, pero muy real. No hay nadie en este mundo que no haya vivido bajo su techo, nadie; ni las personas, ni los animales, ni las plantas, ni lo que se les ocurra. Más largos, más cortos, más pesados, más livianos, tristes, felices, indiferentes, bla bla bla. Cuántas veces los hemos odiado, infinitas, pero podemos compensar este agotador sentimiento con las otras veces que hemos deseado que el momento nunca acabara, quedarnos en él más tiempo de lo que los números de su nombre lo indican. Obviamente nunca nadie pudo, y si pudo, ese sujeto es realmente un mentiroso, un chanta, al igual que lo fue Pinocho, porque Pinocho sí existió, y me defraudó. Lo más impresionante de todo ésto es que ellos nunca se repiten, pero ni en lo más mínimo rompen con esta condición, realmente no pueden hacerlo. Y yo creo que si pudieran tampoco lo harían, estoy segura. Mañana mismo uno de ellos me está esperando, no lo conozco en verdad, o tal vez un poco, pero no sé qué sorpresa me traerá, esperemos que buena, porque a nadie le gustan las sorpresas malas, o por lo menos a mí. Igualmente no me refiero a sorpresas de tipo regalo de cumpleaños en las que uno espera ser sorprendido por algo, por alguien, etc., sino que me refiero a otro tipo de sorpresas, ustedes me entienden va. Creo que a ellos yo nunca puedo sorprenderlos, o por lo menos nunca me lo han confesado a mí. Aunque suene un poco egoísta, por el momento me conformo con que ellos sean los que deban deleitarme a mí, pero yo sigo pensando cómo ser protagonista en todo ésto, aunquesea un solo día...

¿De viaje?

Ya se había olvidado cómo eran la tranquilidad y la calidez, nunca pensó que las recuperaría, mucho menos que lo haría a tiempo, y ella nuevamente volvió a creer en el poder que éste último posee. Una triste melodía comenzó a sonar, cada vez más fuerte y vigorosa, y a medida que la misma avanzaba, ella sonreía apenas un poquito más. Nadie podrá jamás entender el por qué de aquellas sensaciones recias, son esas cosas de las que jamás se podrá obtener un por qué, al menos que seamos trasladados a otro mundo en donde las códigos sean de disímil racionalidad. Sin comprender la llegada del invierno, el calor de la calidez surgió una vez más como ya lo he mencionado anteriormente. Ella siguió atendiendo a aquella inocente consonancia producida por el efecto más que armonioso de los sonidos. No buscaba interrupción alguna, solo quería dejarse llevar y bailar una refinada clásica danza con la mente. Tampoco entiende por qué el mirar su rostro en el espejo y luego sonreír le ocasiona deleite, ¿será que las cosas son más preciosas de este modo?, ella optó por apoyar esta teoría. Sin razón alguna comenzó a mirarse las manos, jamás había notado qué bellas eran, algunas más que otras, pero esas sin duda de las más lindas. Cuántos pianos por cuántas manos han sido dominados y potenciados, infinidad de hojas abolladas tras el arrepentimiento de una carta en vano, esculturas de arcilla mágicamente moldeadas, caricias espontáneas o una simple cachetada letal, kilómetros y kilómetros manejados en busca del horizonte, comedia y tragedia personificada en mis manos. Bajo las cobijas de la cama se enterró, la luz desapareció en tan solo un instante y no osciló en nuevamente comenzar a soñar... Por el momento planear sus sueños no podía, pero sí imaginar que desaparecíamos al mismo tiempo, sin razón válida, o tal vez sí la había; pero tras aquel corto o largo viaje nos reencontrábamos nuevamente en este mundo de recelos del que somos parte, el cual no posee mayor tamaño que el de una pompa de jabón, y lo sabemos.

Verdadera mentira

Recuerdo que caminamos hacia la orilla del mar, tan solo podíamos diferenciar la arena del agua, apenas la luna nos alumbraba el camino. Tuvimos que detenernos, dejamos de caminar, únicamente observábamos lo que teníamos enfrente nuestro. El viento parecía acariciarnos muy suavemente, aunque por momentos se tornaba demasiado cariñoso para nuestro parecer. Qué más quisimos que sentarnos y esperar a que se hiciera de día, que el sol saliera por delante nuestro y nos iluminara las caras dándole la bienvenida a un nuevo y preciado día. Los primeros en despertar fuimos, los únicos en ese suelo, los únicos en el mundo, en nuestro mundo, únicamente nosotros. Pisadas sobre nuestras sombras padecimos, propias pisadas sobre propias sombras, cuánto temor había en el ambiente. Y un simple adiós lo dijo todo, un adiós que jamás existió en verdad.

Luz melódica

Luces, luces, luces y más luces amarillentas emanando un fuego ardiente hacia un cielo oscuro y contrastante a miles de kilómetros de distancia. Quién no desearía volar por encima de ellas, y tan solo poder tomarlas a todas juntas en un simple puñado. Si nos descuidamos nos encandilan, tocarlas no podemos, apagarlas mucho menos, solo conformarnos con callarnos y dejar que ellas mismas hablen por si solas. Sin luz no habría vida, colores mucho menos, y con lo que me gustan estos últimos no paro de imaginar aquella figura que no va del blanco al negro ni del negro al blanco, sino que comienza en la pureza y transparencia de un celeste, atraviesa la pasión del rojo y termina en la esperanza de un verde. Siempre conocemos tanto la entrada como la salida, pero la excitación del laberinto nos encanta. No somos gente precaria, solo que actuamos como tal. Amo esa melodía que generas, esa mezcla de armonía y descuido, de desprolijidad e incertidumbre, a la par de la síntesis y la claridad, pues prodigiosamente todo se asemeja a la fuerza del avión en despegue. Seguramente nunca te han jactado de mago ni mucho menos, pero la magia que guardas bajo tu sombra solo muy pocos la intimamos.

Camino bifurcado

La incertidumbre surgió en el momento que se abrieron los dos caminos y no supe, y aún todavía no sé, por cuál comenzar a caminar. Las decisiones siempre me han parecido un juego de niños, eso es lo que me ha llevado varias veces a no poder ver algunas de las tantas, o no tantas, paredes que me topé y en consecuencia me han quedado estampadas algunas marcas. Cuando decidir (acción que podría provocarnos desde miedo hasta incluso recelo) cada vez se torna más arduo, más adulto, más maduro o simplemente más vertiginoso, ya las cosas no suelen parecer tan meras o netas como antes. Quiero poder encontrar la belleza que todo esto esconde, doy fe que a pesar de que cueste siempre el tiempo se encarga de sorprendernos, de asombrarnos, de maravillarnos y brindarnos todas aquellas sensaciones que estas mismas palabras nos generan. Pensemos en algo que en un primer momento puede parecer un disparate, pero si nos detenemos a desvariar un rato puede considerarse más real: las personas nos vamos desarrollando, maduramos, avanzamos, prosperamos, crecemos; sin embargo el tiempo siempre permanece igual, sus medidas siguen siendo análogas, y no dejemos de mencionar su monotonía. ¿Por qué será entonces que a pesar de todo esto siempre es él el que nos lleva la delantera, el que nos domina, del que dependemos, del que esperamos aquella respuesta que solo él posee? Las pautas están establecidas de este modo, quizás algún día alguien se atreva a modificarlas, yo por el momento no me adjudico esa tarea, ya aparecerá algún sujeto en algún diario o noticiero que se identifique por tal osadía.
La incertidumbre surgió en el momento que se abrieron los dos caminos y no supe, y aún todavía no sé, por cuál comenzar a caminar. Qué delicado resulta imaginar el futuro, es una tarea casi imposible, pero la mayoría de nuestras decisiones se dirigen hacia él. Hablar de futuro no es referirse a meses, ni mucho menos a años, se trata de idear el mañana, el próximo minuto, el próximo segundo, la próxima mirada, el próximo respiro, la próxima palabra, el próximo silencio. Cualquiera de las dos vías por la que opte me dará un rumbo, un rumbo desconocido pero que el tiempo se encargará de darme a conocer.

Amaneciendo

Bailar es soñar con los pies

La manera más linda es bailando, bailar para quitar las penas. Bailo bajando las escaleras, bailo en tiempos de preocupación. En puntas de pie o descalza, con un clásico, una murga o un tango. El tiempo pasa y yo sigo bailando, espero bailar hasta que el tiempo ya no sea tiempo. Resbalón en algún que otro piso padecí, pero aún hoy yo apuesto a seguir bailando. Vos también bailale a la vida, ella ha de sonreirse de tu gracia. Persona, yo aprecio tu baile y que tu armonía nunca se acabe. Bailando estamos por caminos del presente, hoy yo quiero bailar y soñar con los pies.
¿Bailás conmigo esta noche?

Sensaciones colosales

Si bien el sol estaba terminando de guardarse, la arena aún estaba caliente. Apenas podía diferenciar los diversos colores de las rocas, pero créanme que no se podían apreciar de igual modo que durante la mañana. Acostada sobre aquel piso de pequeños granos áureos, a lo sumo lograba verme los piecitos. Pues como aquella pieza del cuerpo no es de considerable agrado para mi ser, me detuve a vislumbrar más allá de ellos. En ese instante logré percibir una de las maravillas más nobles de las que se hallan en este mundo, y qué grandeza que mis cinco sentidos hayan formado parte de aquel suceso. La abundancia extraordinaria de mar me provocaba sensaciones colosales, jamás incitadas anteriormente. Si la naturaleza era la patrona de todo ese ostento, un aplauso se merece por ser tan sabia. Lástima el no haber poseído lápices de colores para plasmar aquel horizonte que me dejó enamorada de la realidad.

Crear obra y crearse como artista.

Había una vez una casa

Había una vez una casa. Había una vez una casa en medio de un bosque. Había una vez una casa en medio de un bosque rodeada de muchos árboles que inundaban de sombra el lugar. Nunca se supo por qué nadie jamás había ingresado a la casa. No se trataba de una casa habitada por brujas ni fantasmas, pero la gente ignoraba su existencia, o mejor dicho, no tenían interés en una casa vieja y abandonada, la cual apenas podía ser llamada casa por el hecho de tener un par de paredes, alguna que otra ventana y una puerta que ni picaporte poseía. Si bien esta especie de morada vivía en soledad, cada tanto alguna que otra lluvia la visitaba prudentemente y le hacía un rato de compañía hasta que llegaba el próximo visitante, el sol. Digamos que tan desolada no permanecía, junto al sol se encontraba hasta que las primeras estrellas se dignaban a aparecer y le enviaban un guiño a modo de saludo. La luna era un poco más exquisita. Su presencia no era del todo completa, excepto en aquellas noches en las que la cuidaba y esperaba hasta que la misma se durmiera. He llegado a la conclusión de que aquella pobre casa que describí al comienzo no era tan pobre, solo que su apariencia engañó a mi forma de razonar. Ésa casa estaba más viva que nunca, y vaya uno a saber qué era lo que había en su interior.

Doña Concepción

Es simpática la gordita. La mina siempre suele vestirse de manera "engamada", es gracioso, siempre está o toda de violeta, o toda de verde, o toda de celeste, y jamás falta su pañuelito o chalina también haciendo juego, obviamente. Me produce ternura la señora (debe tener unos sesenta años imagino). Aunque esta sensación agradable de la que les hablo se va perdiendo a medida que van pasando las horas. Es más, creo que llega un punto en el que diagramo en mi mente unos tapones imaginarios y me los coloco en los oídos para no escucharla. Con ésto no quiero dar a entender que esta señora hable puras boludeces, solo que es de ese tipo de gente que no para de emitir palabras y solo podemos rescatar algunos conceptos importantes. Si hay algo que me pone los nervios de punta es cuando uno se encuentra concentrado en su trabajo tan detallado y específico (hablo de tableros, escuadras, lápices, reglas) y la señorita se te acerca por detrás y te dice: "¿podrías retocar un poquito esa figura no te parece?", "¡No, no me parece retocarla la puta madre carajo!" me dan ganas de contestarle, pero poniendo cara de simpática y mirándola con ojos de admiración le digo: "bueno, ahora la borro y la hago devuelta, no hay problema". Igual a la gordita le caigo bien, me mata cuando dice: "Otazú pegue sus láminas que están excellentes". No sé si habrá utilizado aquella palabra alguna vez, pero sí a destacado muchos de mis trabajos, quiero que lo sepan. Una cosa importante que quisiera añadir es la siguiente: Doña Concepción (esta mujer de la que vengo hablando) me ha enseñado muchos conocimientos a lo largo de este arduo trayecto, por eso mismo, por si ella llegara a aparecer por este espacio, le doy las gracias en público.
¿Y todo sea por aprobar no?

Honor a la balanza

Me preocupa el problema del peso...
En estos momentos me detuve a ver un canal que está pasando un programa un tanto particular: parece que la gente participa para ver quién baja más de peso o quién lo hace más rápidamente, la verdad es que no tengo muy claro cómo son las reglas del "juego".
Veo a un gordo (sin intenciones de ser despectiva) parado sobre una inmensa balanza, rogando haber bajado 3 kilitos así no se encuentra descalificado. Los tipos no solo bajan de peso para continuar en camino, sino que lo hacen para que les regalen televisores, licuadoras, relojes y hasta maquinas de depilarse; pobres tipos qué harían con eso. De golpe la mina que conduce el programa, o mejor dicho la conductora, pone una vocesita "sexy" y le hace publicidad a un producto multiuso: es una increíble crema que con ponertela todos los días durante un mes en las zonas "flaxidas" del cuerpo hace magia. Sí, no se puede creer, elimina las celulitis, acelera el metabolismo y quema grasas a toda hora. Es un producto perfectamente creado para su fiel consumidor. Hay una frase que dice que las cosas se parecen a sus dueños, y si esta frase no existía la invento hoy yo.
Volviendo al programa, me pregunto: ¿qué carajo hace una señorita un tanto rellenita por ahí cerca de donde están las cámaras, sosteniendo un cartel el cual le indica a la conductora qué es lo que tiene que decir, si los gordos, rellenitos, los que padecen de flotadores, etc. no están permitidos en este programa? No entiendo.
Obviamente, como en todo juego de competencia, es necesaria la existencia de un jurado, en el cual cada uno de sus integrantes tiene su pequeño espacio para decir alguna que otra pelotudez. Típico de éstos programas, al igual que algunos de la noche que ni vale la pena mencionar.
No solo los gorditos se paran en aquella inmensa balanza para ver cuánto bajaron, sino que también lo hacen algunas señoritas que deben usar tallas bastante pequeñas de pantalón de las que hay en el mercado (como si huebiera tamaños grandes ¿no?), ¡y todavía quieren bajar más de peso!
Sorprendente.

Gracias a la lluvia

Ese cielo el cual no define claramente su color: cian, rosa, rojo, naranja, amarillos mezclados entre violetas y algunos otros de los cuales todavía no he aprendido sus nombres. Algunas nubes dispersas, nubes a las cuales alguna vez las he oído llamar por "pedazos de algodones en el cielo", (en este mismo instante me imaginé aquella porquería que se come en los parques de diversiones llamada "algodón de azucar", la cual le hace mucho daño a los pobres dientes de lo pequeños niños). Ahora nos volvemos a detener en las nubes. No muchas veces tuve la oportunidad de acostarme en el suelo boca arriba para poder observarlas con detenimiento, pero cuando he podido hacerlo, presté mucha atención a aquel dicho que dice que uno ve "formas de animales, cosas, etc" en las mismas nubes. Creo que pude encontrar alguna que otra de aquellas formas, recuerdo haber visto una especie de pez boquiabierto, animalitos en cuatro patas de todo tipo y hasta un par de flores. Pero lo que más me llamó la atención fue una de las últimas formas que observé en aquellos "algodones inmensos". Justo cuando estaba tratando de darme cuenta cuál era su tan raro significado, una gota cayó sobre mi nariz; y sí, tuve la necesidad de salir corriendo en busca de un techo. Gracias a la lluvia hoy sigo pensando.

Diario viajero

Antes que nada quiero mencionar una de las cosas que me gusta hacer en momentos de ocio, que aunque para algunos parezca raro, a otros se nos hace productivo. Leer el diccionario. Sí, pinta abrirlo en la "e" y ver qué onda. Uno se encuentra con cosas bastante interesantes, pruébenlo. Ah, me olvidaba, las letras del medio suelen ser las más interesantes, créanme.

Día viernes, fin de la semana, un tanto agotadora y satisfecha. Hoy fue un día en el que entendí muchas cosas, o por ahí no las entendí, pero sí las pensé, cosa que no es lo mismo. Desde que subí al gran 107 a eso de las nueve menos veinte, hasta la una y cuarto que habré vuelto a tomar aquel apropiado colectivo, más frecuentemente llamado "bondi". No solo he presenciado este medio de transporte, sino que tuve el "agrado" de permanecer en el subte de las cuatro y el de las cinco y media de la tarde, de la línea D. Observé algo en lo que, como dije anteriormente, hoy me puse a pensar: la actitud y forma de manifestarse de la gente. Je, me resultaba un tanto gracioso formar parte de aquella multitud, porque imaginaba lo que podía llegar a pensar de mí la persona que tenía enfrente mío: "Pobre chica, tiene tremenda cara de culo, seguro que la acaban de bochar en algún exámen", "esa mina no puede tener el ceño más fruncido, puede que se haya peleado con el novio", "etc."... Pero no, mi cara no se debía a nada de eso, simplemente era así porque parece que es la que está de moda actualmente cuando uno viaja. Es más, noté que cuando alguien atiende su celular, después de aquella musiquita pedorra que emite llamando a su dueño, la persona suele bajar el tono de su voz como si hablar por teléfono sería pecado o vergonzoso. En fin, después de permanecer un par de paradas un tanto apretujada, no logré sentarme pero sí agarrarme de uno de aquellos caños que el subte posee (sorry, no había otra palabra). Cuando llegué a mi destino, atravesé la puerta y fui directo a la escalera mecánica. Gran parte de la gente venía detrás mío, pareciera como si nadie se atreviera a subir por la escalera tradicional, creo que le temen a la agitación. En ese momento dejé de pensar.

Familia tipo

Otro texto escrito por un amigo:

La gran mayoría la conoce tan solo por “Lulu”, otros afortunados como la reina del amor, y unos escasos por Luciana Olaguer Futchoni. 22 Julios recién cumplidos. Rubia para muchos, neutra para otros, castaña con mechones claros para los mas detallistas. Ojos celestes con lentes de contactos para el pueblo, para otros neutros, negros color noche para unos pocos. Alta, medianamente voluptuosa, lindas piernas por cierto. Solo le importaba ser tan bien vista, mostrarse reina era su deseo. Nacho. Simplemente Nacho. Morocho de cuerpo tímido. De oficio policía de clubes. Sí, no sirve mucho... pero es lo que tiene. Frente en alto siempre, no hay un mas allá para él. Miedo, mucho miedo siente por las lunas. No hay amores duraderos para este joven de 21 veranos. El corazón roto en varios recuerdos tenía, se había vuelto fuerte con el dolor. Le estaba costando, pero ya no se enamoraba de la primera pregunta que le hacían. Fue sin querer, sigue asegurando. Nunca tuve la intención. Ya era tarde...todo era tarde, en vano...ya estaba hecho. Sus miradas se habían cruzado; chupado ya había clavado su poder en ellos. Ella nunca fue de quitar la mirada de los ojos de otros, es mas, le gustaba jugar a intimidar a la gente. Le encantaba jugar al coqueteo. Él nunca dejo de mirar su escote. La miraba de atrás, una vez, y otra vez más. Sin embargo, tuvo la intención de hacer con ella una excepción y mirar mas allá de sus encantos. Paso el tiempo, flechados el uno por el otro. 22 años exactamente. Ella no regala mas amor a la ciudad, él no protege mas a los adinerados. Secretaria y administrador de empresas. Gran logro, que no fue fácil, ni mucho menos en vano, recuerden que 3 hijos de por medio no es moco de pavo. Pablito, Lucia, Jacinta. Sí, Jacinta...por la abuela de.........Malas compañías por parte de Pablito. Juntábase con “el pelo”, “la pipi”, “el poisón”. Eran los 4 P...los 4 P de personas. Épocas difíciles, la pubertad /adolescencia, las primeras salidas, los primeros vicios, los primeros pelitos, los primeros olores. Que el alcohol, el juego, y el vino, valga la redundancia. Nada de humos, al menos al pulmón le guiñaba un ojo.”Ese pibe es drogadicto y alcohólico, ¿no ves que usa toppers sucias y una remera de los stones?” solían escuchar. No mucho mas por agregar. Lucia, gran estudiante. Abanderada, escolta en realidad, de no haber sido por esa bruja de Maria Spiñotes, siempre se salía con la suya maldita arpía. ¿Autista? Mmmm..prefiero llamarla introvertida. Estudio, estudio y responsabilidades..ah, estudio también. Esa era su vida. Jacinta, por fin llegamos a Jacinta. La abuela de Lulu, muy amada por ambos, falleció a los 735.840 horas de vida, es decir, 84 años. Tatuaje en la nuca por parte de ella “carpe diem”, sabia la vieja si las había. Perdón, sigamos con Jacinta chica. 3 años de ignorancia tenia tan solo, y que bien la estaba pasando, de los 5, era la mas feliz. En este momento esta dormida, o finge que duerme.. En fin, esa es la vida, de una familia normal, muchos secretos del pasado, muchos del presente, mas del futuro. Cada uno va recorriendo el camino de la vida como puede, como quiere mejor dicho. Se puede, todo se puede en la vida, ánimos, siempre está el porvenir para jugarse un poco mas, no hay nada de malo en jugarse; preferible perderlo todo arriesgando a nunca haberlo intentado, ¿o no? Recuerden, se oyó la voz de un poeta gritar Caminante no hay camino, se hace camino al andar...(Juan Manuel Serrat)


Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto... Confucio.

Lo había olvidado

Iba caminando por la calle, recuerdo perfectamente su nombre pero no viene al caso mencionarla, cuando pensé en aquello que había olvidado. No se trataba de algo material, sino hubiera regresado en busca de ello ya que no me encontraba muy lejos de mi casa. Se trataba de algo importante, y yo me había olvidado por completo. Detuve mi caminata por un momento, y me quedé pensando. Traté de hallar una solución a mi problema, pero me estaba costando encontrarla. Digamos que en verdad no la encontré, pero solo atiné a seguir caminando.


Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado... Friedrich Nietzsche.

Revelación

Siempre tan austero, limitándote solo a lo necesario y prescindiendo de lo superfluo. Encaminado firmemente hacia la exquisitez, apartando las ganas rozar con la algarabía. Tu lema está restricto a un mundo encerrado en la excelencia, viviendo bajo el silencio en un sitio ameno. ¿Cómo darle lugar a la paranoia? Jamás la entrada de una inquietud, y mucho menos que nos domine la parálisis. Aún no te has dado cuenta que sos el dueño de tu propia sevicia e inclemencia, penoso que sea de este modo a pesar de tu sesera. Todo tiene validez, pero solo si conocemos el placer del extasiarse. No tengo ganas de parar hasta que logres sonsacar aquello que todavía no has podido revelarme.

El fallo terminó siendo cruel. Quiero una demanda sin intervención de la justicia. Comenzaste siendo cándido y resultaste estar empapado de malicia. ¿Serás un animal personificado?

Rostro en espejo

Un día aparecí en ese lugar, o mejor dicho, una noche. Según lo que mi mente recuerda, era una noche algo lluviosa, escasa de un cielo radiante, o escasa de ese cielo que en ocasiones emana sensaciones especiales que a las palabras nos cuesta explicar. Aunque no quiero detenerme mucho en esto, por eso desearía comenzar a hablar sobre aquel lugar el cual mencioné al comienzo. Si tuviera que empezar a describirlo, diría que era bastante acogedor. Sé que esta palabra es un tanto amplia, pero para un inicio esta bien. Yo me encontraba sola en aquel lugar, cuando hablo de soledad me refiero a que no había otra persona a la cual pudiera mirar a los ojos. Luego de un rato de permanecer ahí, comencé a observar el lugar con más detenimiento. El mismo constaba de cuatro paredes que formaban un cuadrado, como un especie de caja que me contenía. Las mismas eran blancas y sin nada que las decorase, ni siquiera un pequeño cuadro o el retrato de algún muchacho o muchacha. El piso era resplandeciente, encandilaba con su brillo para ser exagerados. En fin, luego de mi pequeño recorrido visual, comencé a aburrirme. El hecho de no estar en compañía de otras personas me privaba de poder dialogar con alguien. En seguida noté que había algo en mi bolsillo que no me dejaba sentarme cómodamente, metí la mano dentro de él y saqué mi pequeño espejo. Había olvidado que permanecía allí, aunque mi ilusión de encontrarme con algo más entretenido cayó al darme cuenta que tan solo era un espejo. Si bien pensé en guardarlo nuevamente aunque me fuese un tanto incómodo, me detuve por un instante a observarlo. En realidad no fue en el espejo donde puse mi atención, sino en mi rostro. Había encontrado a la persona que me hacía compañía, esos ojos a los cuales podía mirar y hablarles. Permanecí así un largo rato, ya no me aburría. Al rato desaparecí de aquel misterioso lugar y me hallé en mi cama, siendo las siete y media de la mañana. El día acababa de comenzar y mientras me lavaba los dientes intentaba recordar cuál había sido el sueño de aquella noche.

Oscilación de hada

Ella sentía como el pasto podía acariciarla, rozando la suave piel... aquel olor natural color verde penetraba por sus narices sumisamente. Tendida en el suelo bajo una noche de calor, percibía como las estrellas la saludaban desde arriba. De pronto, levantó una de sus delicadas manos por encima de su mirada y pudo observar como sus dedos se volvían cada vez más largos. Tras observarla con aprecio unos segundos, hiso que la misma girara mostrándole sus propios nudillos. Ella acababa de lanzarle un saludo tímido al cielo. Se detuvo un momento a pensar si las tantas estrellas que permanecían ahí arriba sin caerse solo la saludaban a ella o si los demás también eran bienvenidos a su mundo. Se sintió radiante al descubrir que el saludo era enviado para todos, pero solo ella podía notarlo. Giró su cabeza a la izquierda y en seguida a la derecha, observó la conducta de la gente que prósperamente pasaba un buen rato con otra gente, y luego se dio cuenta que su única compañía en ese momento era aquel cielo tan poco efímero y tan vivaz. Se sintió de manera especial, con pocas ganas de que aquel momento tan prodigioso terminara. Por un soplo se despidió de su compañía cerrando los ojos lentamente. Una vez que alcanzó ver un fondo negro comenzó a imaginar... primero diseñó un cuerpo diminuto el cual se parecía al de una mujer, o más bien al de una niña. Luego vistió a esa figura con un atuendo similar a un vestido, el cual era de color rosa. De inmediato le agregó unos zapatos entre blancos y amarillentos y en último lugar afloraron unas alas transparentes y cristalinas por sobre la espalda de la pequeña. Una vez acabada casi del todo, empezó a darle movimiento a esta especie de hada centinela. Al notar que el aquel espacio negro del fondo que ella podía darle le quedaba diminuto para zarandearse, no osciló en abrir los ojos y dejarla en libertad. Desde ese día pudo recordarla, no la ha olvidado aún...

Quiso que no tuviera título

Esta poesía la escribió un amigo y se merece que la publique.


Tejido fuerte en la agonía,
perfume precioso para el lobo. A
taste con sangre en tus palmas el cordel de tu alianza.
Estoy con vos y somos inseparables,
una misma media en un mar de prendas,
jalea real en la colmena,
mayúscula de cada oración escrita.
Una nube clavada en el cielo se pregunta:
¿Qué son esas dos lágrimas abrazadas en el fondo del océano?
Resuenan una sinfonía que sobresale por su perfección.
¿Qué es lo que hace una fiesta de lo ordinario
Y magia de tal sencillez?
Jesús, clavo que te quedaste en la Tierra,
incrustado en la montura de tu pasión,
ensillaste mi caballo y lo mandaste al galope.
Tu amor es un relámpago interminable,
alumbra más que el sol de mediodía.
Es ají picante,
revoluciona mi existencia,
Saca mis pantuflas y deja mis pies descalzos a tus designios.
Transmitís una energía insuperable.
Ola de mar que hace barro mi vida,
para amoldarse a tu camino.
Pero sos también Jesús manto que me cubre en el espanto,
cuando cruzo por un viento huracanado;
llama inmensa que soporta tempestades
y deja ver mis ropas desgarradas,
y el morral de mis preguntas flotando en tu misterio.
Ciudadano del Cielo y de la Tierra,
cachorro de paloma y de serpiente.
Rompiste el vitró que te enaltecía
y te hiciste ovillo entre los hombres
para extenderte a lo lardo de una arboleda
en fila para que hasta el más atormentado pudiera verte.
Sos grande Señor,
incienso que vuelo donde sea,
caricia que me envuelve cuando ves que necesito tu cariño,
sos ombú de innumerables ramas
que se transforman en el abrazo más fuerte
cuando quiero acercarme a vos.

Pisotón

Caminaba por un camino bastante ceñido, aún no sé precisamente a dónde me dirigía, yo solo me preocupaba por caminar. Por un instante sentí alegría y al mismo tiempo miedo. Hubo algo en mi mente que me atormentó por un momento. Seguí con la mirada dirigida hacia el piso, e imaginé una imagen sobre el suelo que me dejó pensando... e incluso todavía sigo pensando... Tal vez fue alguien que me saludó y en seguida me sacó la lengua, ¿no? Por las dudas yo también lo saludé y al instante le di un pisotón. Luego pude ver la huella y la imagen se borró. Increíble, la hice desaparecer. Seguí caminando, aunque ahora mi mirada se dirigía hacia adelante.

Una vez un viejo amigo me dijo: “Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”. Se llamaba Freud. Creo que tenía razón, ¿verdad?