14 junio 2006

Rostro en espejo

Un día aparecí en ese lugar, o mejor dicho, una noche. Según lo que mi mente recuerda, era una noche algo lluviosa, escasa de un cielo radiante, o escasa de ese cielo que en ocasiones emana sensaciones especiales que a las palabras nos cuesta explicar. Aunque no quiero detenerme mucho en esto, por eso desearía comenzar a hablar sobre aquel lugar el cual mencioné al comienzo. Si tuviera que empezar a describirlo, diría que era bastante acogedor. Sé que esta palabra es un tanto amplia, pero para un inicio esta bien. Yo me encontraba sola en aquel lugar, cuando hablo de soledad me refiero a que no había otra persona a la cual pudiera mirar a los ojos. Luego de un rato de permanecer ahí, comencé a observar el lugar con más detenimiento. El mismo constaba de cuatro paredes que formaban un cuadrado, como un especie de caja que me contenía. Las mismas eran blancas y sin nada que las decorase, ni siquiera un pequeño cuadro o el retrato de algún muchacho o muchacha. El piso era resplandeciente, encandilaba con su brillo para ser exagerados. En fin, luego de mi pequeño recorrido visual, comencé a aburrirme. El hecho de no estar en compañía de otras personas me privaba de poder dialogar con alguien. En seguida noté que había algo en mi bolsillo que no me dejaba sentarme cómodamente, metí la mano dentro de él y saqué mi pequeño espejo. Había olvidado que permanecía allí, aunque mi ilusión de encontrarme con algo más entretenido cayó al darme cuenta que tan solo era un espejo. Si bien pensé en guardarlo nuevamente aunque me fuese un tanto incómodo, me detuve por un instante a observarlo. En realidad no fue en el espejo donde puse mi atención, sino en mi rostro. Había encontrado a la persona que me hacía compañía, esos ojos a los cuales podía mirar y hablarles. Permanecí así un largo rato, ya no me aburría. Al rato desaparecí de aquel misterioso lugar y me hallé en mi cama, siendo las siete y media de la mañana. El día acababa de comenzar y mientras me lavaba los dientes intentaba recordar cuál había sido el sueño de aquella noche.