14 junio 2006

Revelación

Siempre tan austero, limitándote solo a lo necesario y prescindiendo de lo superfluo. Encaminado firmemente hacia la exquisitez, apartando las ganas rozar con la algarabía. Tu lema está restricto a un mundo encerrado en la excelencia, viviendo bajo el silencio en un sitio ameno. ¿Cómo darle lugar a la paranoia? Jamás la entrada de una inquietud, y mucho menos que nos domine la parálisis. Aún no te has dado cuenta que sos el dueño de tu propia sevicia e inclemencia, penoso que sea de este modo a pesar de tu sesera. Todo tiene validez, pero solo si conocemos el placer del extasiarse. No tengo ganas de parar hasta que logres sonsacar aquello que todavía no has podido revelarme.

El fallo terminó siendo cruel. Quiero una demanda sin intervención de la justicia. Comenzaste siendo cándido y resultaste estar empapado de malicia. ¿Serás un animal personificado?