29 julio 2007

Mi tren se ha averiado

Algo pasa adentro que ya no me deja escribir. Me animé a estas palabras pero el miedo a avanzar me endurece las manos. Por favor, una pausa y ya sigo escribiendo.Siento en mi cabecita un millar de mariposas coloridas yendo a favor de mis propios remolinos de viento. No sólo hay lugar para dicha excitación mental, sino también para una puerta pequeña que se abre y se cierra de a ratos. E increíblemente por aquel hueco diminuto entran y salen cada uno de los vagones de mi pequeño y desaparecido tren imaginario. Y como todo tren, el mío no cesa de pasar sin su tan característico ruido de tren “tu tu, tu tu”, y otra vez “tu tu, tu tu”. Algunos afirman que los trenes no gritan “tu”, sino que lo hacen con una “t” al final. En resumen, estos últimos revelan que los trenes hacen “tut tut, tut tut” en vez de “tu tu, tu tu”, pero a mí me parece un tanto más refinado mi “tu tu” que su “tut tut” que me traba la lengua cuando quiero volver a empezar. Pero ojalá fuera su maldito ruido el problema que me aqueja y me estrecha la imaginación. Será que sus vagones vienen vacíos, será que ya no vienen cargados con inspiración y audacia, será que se han olvidado de cargar el alfabeto que me ha estado proporcionando cada una de las letras de cada uno de mis textos, será que mi tren se ha averiado y tal vez necesite descansar un poco, pero basta. Yo podría darte una mano de pintura si es que lo necesitas, o tan solo ajustarte un par de tuercas para que camines más derecho, ¡pero dime de una vez qué es lo que quieres! Creo que con esta agresión no lograremos llegar a un acuerdo.