14 junio 2006

Gracias a la lluvia

Ese cielo el cual no define claramente su color: cian, rosa, rojo, naranja, amarillos mezclados entre violetas y algunos otros de los cuales todavía no he aprendido sus nombres. Algunas nubes dispersas, nubes a las cuales alguna vez las he oído llamar por "pedazos de algodones en el cielo", (en este mismo instante me imaginé aquella porquería que se come en los parques de diversiones llamada "algodón de azucar", la cual le hace mucho daño a los pobres dientes de lo pequeños niños). Ahora nos volvemos a detener en las nubes. No muchas veces tuve la oportunidad de acostarme en el suelo boca arriba para poder observarlas con detenimiento, pero cuando he podido hacerlo, presté mucha atención a aquel dicho que dice que uno ve "formas de animales, cosas, etc" en las mismas nubes. Creo que pude encontrar alguna que otra de aquellas formas, recuerdo haber visto una especie de pez boquiabierto, animalitos en cuatro patas de todo tipo y hasta un par de flores. Pero lo que más me llamó la atención fue una de las últimas formas que observé en aquellos "algodones inmensos". Justo cuando estaba tratando de darme cuenta cuál era su tan raro significado, una gota cayó sobre mi nariz; y sí, tuve la necesidad de salir corriendo en busca de un techo. Gracias a la lluvia hoy sigo pensando.