20 junio 2006

Desatar el nudo

No es culpa de nadie más que de la realidad misma; aunque tal vez me atreva a decir que el resentimiento tenga algo que ver aquí. Tan solo permanecer callados, continuar bailando como lo venimos haciendo hasta ahora, desorientados. Día a día fueron sonando diferentes melodías, irán sonando diferentes acordes, más agudos, más graves, cuánto me han aturdido, jamás poder encontrar un equilibrio deseado. Pero hubo un estallido en donde aquella consonancia pareció haberse regularizado, quién puede hoy saber si fue solo un parecer o realmente había sido cierto. Algo me dice que esta vez la equivocación no se llevaría el premio, nadie quería otorgárselo, ninguno de ellos, aunque puede que ahora sí me este equivocando, imaginemos que no. Todo resulta estable, quién lo hubiera dicho. Pero una vez me contó un pajarito que la estabilidad no existe en el hombre, es parte de su esencia volar alto, más alto y luego aterrizar de golpe, sonreír hasta que nos duelan las comisuras e inundarnos de llanto cuando nos duela el alma, correr y correr más y más lejos como intentando escapar de aquello que nos abruma, que no nos permite respirar sin agitarnos, que no nos deja alzar vuelo en un camino sin fin, sin reglas que nos rijan, sin permisos a los cuales acceder, en donde los impulsos tengan un lugar donde ser, donde encuentren su libertad, en el que no haya espacio para el miedo, para la furia, para el orgullo, tan propio del ser humano que persigue al equilibrio y deja de lado sus sueños y sus ansias de pertenecer a un mundo donde se transpiren las ilusiones más bonitas volcadas en una realidad plena de felicidad. Atreverse de una vez a dar el giro que nos cambie de rumbo, aquel que nos envuelva en una caricia permanente, que nos ayude a sembrar el camino de la espera que día a día nos despierta incertidumbre. Porque la razón no es la única que ha pensado, los sentimientos dominaron a la especie y la regaron de locura, ellos fueron los más sinceros de esta historia jamás perfecta. Y la equivocación tenía razón, las melodías siguen siendo agudas y graves, altas y bajas, todavía no ha llegado el día de estabilidad en el que los sentimientos desaparezcan y el egoísmo me domine. Desatar el nudo de las penas se hace arduo cuando las fuerzas quieren acabarse, pero si todo esto tiene un sentido, por qué no volver a intentar desanudarlo, pero esta vez será de la manera más natural.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La razón es la única que piensa porque los sentimientos solo sienten amiga..

Anónimo dijo...

y q es la estabilidad?... no existe...

mejor asi... sino seria todo llano, aburrido

amiga, me sorprendiste! me gusto mucho lo q escribiste!
miramela a la laruuuu!!!
jajaja

buen gordaaa
nos vemos algun dia!

te mando un beso grande!!!

tami

Anónimo dijo...

Comencemos por el final, decían los que habiendo perdido, merecían ganar….
Pero….la realidad misma no los dejaba ser así. Claro, y quien fija las reglas de la realidad ? . Por qué tal desequilibrio ?
Aquí nos viene la dualidad de lo justo e injusto. Y lo deseado? Claro como olvidar lo que nos corre por dentro, el deseo acompañado por sentimientos que nos provoca esa dificultad de comprender la realidad.
También la realidad nos muestra que no poseemos alas, pero sin embargo nos animamos a volar. Claro esta que dependerá de nuestra caída, cuan fuerte estemos ….
Evidentemente, tus sentimientos no marchan a horario con la realidad, pero ni la ausencia, ni la pena, podrán con ese corazón.
Bajo la luna, sin duda alguna podrás cerrar los ojos, mirar hacia adentro y sentir ese viento que atraviese tu cuerpo.

Hay que sacar todo limpio y fresco, es hora de volverlo a intentar………
La realidad esta en tu cara. Lara, hoy vamos a reír la tristeza



El Arte es el Gesto de Libertad

Mecha dijo...

mira vos
no sabia q tenias un blog =P

el mio esta muerto jaja
ultimamente pasan cosas buenasen mi vida y me olvido de escribir ahi jaja

cuando termine de rendir, entro y me leo todo =D

muacks y nos vemos el sabado ;)